Una lectura desde el telar de la historia y el pulso de los cronocratores.

En tiempos donde la política se consume como espectáculo y las redes sociales dictan titulares a ritmo de histeria, conviene mirar más allá.

Este no es un análisis de noticias al uso. Es una invitación a observar el tablero global de 2025 —Alaska, Ucrania y Venezuela— desde otra mirada: la del tejido de la historia, la repetición de patrones y el reloj cósmico que marcan Júpiter, Saturno y Neptuno.

El show de Venezuela ocupa titulares, memes y aplausos. Mientras tanto, Estados Unidos mantiene sobre Nicolás Maduro una recompensa millonaria por narcotráfico. Sin embargo, el líder sigue posando en la escena internacional como si nada pasara.

Muchos lo celebran con un optimismo que roza la ingenuidad. Pero conviene decirlo claro: es un circo. Un espectáculo montado para distraer, mientras las verdaderas piezas del tablero geopolítico se mueven entre Alaska, Ucrania y el Caribe.

Con el motivo del Día de los Abuelos, quiero honrar a mi abuela, que me enseñó a tejer. El tejido da paciencia, foco y disciplina… y también dolor de espalda (no nos engañemos). Pero, sobre todo, te enseña algo esencial: cómo armes el hilo en tu cadeneta, así mismo se hila la vida. Y así mismo se ha ido hilando la historia de la humanidad.

Las redes sociales hoy son el foso catártico de todos. Vamos, gritamos, nos vaciamos y seguimos. Pero quien no tenga claro cómo se mueve ese hilo se pierde.

En un momento en que Urano en Géminis nos trae la magia y la confusión de la inteligencia artificial, toca ser observador. Hay que distinguir lo cierto de lo falso. Lo profundo de lo superficial.

Por eso el espectáculo de Venezuela me parece un entretenimiento de feria. Y me duele ver el nivel de optimismo sin sentido común de muchos.

Hace falta elevarse como drones y mirar desde arriba el ajiaco que tenemos en la olla: ese cocido con de todo como en botica, que venimos preparando desde 2020 y que desde 2024 hierve con más fuerza.

Si aceptamos que la historia es un tejido y un reloj cósmico, entendemos que nos movemos por ciclos. Y lo que no observamos, lo repetimos. Volvemos a hilar el mismo patrón porque no nos detenemos a sentir el pulso.


1) El triángulo que ordena el caos

  • Vértice 1 — Alaska (15 de agosto de 2025): Cumbre Trump–Putin en la base JBER (Anchorage). Duró unas 3 horas, sin acuerdo sobre Ucrania. Ambos hablaron de “entendimiento”, pero sin medidas verificables.
  • Vértice 2 — Ucrania: tras Alaska, trascendió que Moscú sondeó un “congelamiento” de líneas si Kiev cedía más territorio (incluido Donetsk). Kiev lo rechazó de inmediato.
  • Vértice 3 — Venezuela/Caribe: en paralelo, EE. UU. concentró fuerzas navales (7 buques y 1 submarino nuclear). Hubo despliegues de F-35 en Puerto Rico bajo la excusa de “antinarcóticos”. Caracas lo vio como presión estratégica. El jefe del Pentágono, en visita a PR, subrayó: “no es entrenamiento”.

Lectura: Alaska fija el marco simbólico. Ucrania es la pieza de valor para Moscú. El Caribe y Venezuela son la palanca de presión en el “patio trasero” de EE. UU. El triángulo existe y se retroalimenta.


2) Capas que endurecen el tablero

a) Aranceles EE. UU. –UE (julio–agosto 2025).
EE. UU. fijó un arancel “techo” de 15 % a importaciones europeas (autos, fármacos, semiconductores). Mantuvo 50 % en acero y aluminio. El acuerdo incluye inversión de la UE en EE. UU. (~600 bn) y compras energéticas y de defensa. En Europa, debate por el sesgo pro-EE. UU.

b) OTAN (Cumbre La Haya, 25–27 junio 2025).
Se eleva la ambición: 3,5 % del PIB en “defensa núcleo” hacia 2035. Además, un marco de 5 % si se suman infraestructuras, ciberdefensa y energía.

c) China muestra músculo (septiembre 2025).
Desfile militar en Pekín con Xi, Putin y Kim en la tribuna. Mensaje de unidad y desafío. Al margen, reuniones Putin–Kim. Cuba pidió apoyo adicional y Xi confirmó disposición a asistir.

d) BRICS ampliado.
En 2024 entraron Irán, EAU, Egipto y Etiopía (Arabia Saudí pospuso). En 2025 se sumó Indonesia como miembro pleno. El bloque se expande en energía y finanzas.

e) Irán / Israel–Gaza.
Escalada 2024–2025. En septiembre 2025 Israel amplió el teatro de operaciones con un golpe selectivo en Catar contra líderes de Hamas. El conflicto ya involucra Líbano, Siria y Yemen.


3) Cómo encaja Venezuela en 2025 (sin autoengaños)

  • Función geopolítica: Venezuela es un nodo de presión hacia EE. UU. en energía, vecindad y migración. Moscú y Pekín ganan palanca en el Caribe vía Caracas, La Habana y Managua. Gobiernos de izquierda como Brasil moderan el tono, pero abren puertas de inversión.
  • Realidad operativa: el despliegue militar de EE. UU. en el Caribe no es un show doméstico. Es una señal a Moscú, Teherán y Beijing de que Washington protege su flanco occidental mientras negocia el oriental (Ucrania).

4) Qué mirar (señales prácticas)

  1. Segunda ronda Trump–Putin. ¿Habrá mapas, verificación y cronograma? Sin papel no hay acuerdo.
  2. Caribe. La composición de fuerzas, reglas de enfrentamiento y marco legal. Ver si pasa de “antinarcóticos” a presión dual sobre Caracas.
  3. OTAN–UE. Si el 3,5–5 % se traduce en contratos concretos de defensa.
  4. China–Rusia–Corea del Norte. Logística real (armas, tecnología, munición), no solo fotos del desfile.
  5. BRICS. Mecanismos de pagos y energía fuera del dólar. Ahí se mide su fuerza real.
  6. Irán/Israel–Gaza. Si la extensión a Catar, Líbano, Siria y Yemen persiste, sube el precio político de cualquier concesión.

5) La metáfora que ayuda

Mi abuela decía: “según cómo montes el hilo, sale el tejido”. Desde 2020 cocinamos un ajiaco: pandemia → guerra → tarifas → rearme → desfiles de poder. El triángulo Alaska–Ucrania–Venezuela no es circo. Es geometría de presión. Y sí, se parece a un reloj: cada giro, cada cumbre y despliegue, apalanca el siguiente.


Epílogo: de 1939 a 2026, el eco de los ciclos

Nada de lo que vivimos es nuevo. Los ciclos se repiten, como puntadas que reconocemos al mirar el tejido desde lejos.

  • 1939: Saturno y Neptuno en Aries → estalla la Segunda Guerra Mundial.
  • 1968: retorno del ciclo → revueltas globales.
  • 1997: nuevo retorno → crisis financieras y caída de regímenes en África y Asia.
  • 2026: próximo retorno → ya sentimos la olla del ajiaco global hervir: Ucrania, Venezuela, Medio Oriente, OTAN rearmada, China mostrando músculo.

No es casualidad. El triángulo Alaska–Ucrania–Venezuela no es un invento de titulares. Es el espejo actual de cómo se alinean los bloques, igual que en 1939 lo fueron Polonia, España o el Pacífico.


Reflexión final

Si mi abuela me enseñó que “como armes el hilo, sale el tejido”, los cronocratores y Neptuno nos recuerdan que los hilos de la humanidad se repiten si no aprendemos a tejer distinto. El ajiaco está servido, la olla hierve.

Pero hay algo más. Romper el patrón no depende de políticos ni de cumbres. Empieza en nosotros. Significa trabajar la adicción a la distracción de las pantallas. Dejar de pasmarnos de ingenuos dando por cierto y posible todo lo que vemos. Aprender a observar con calma.

Sé que pocos se tragarán esta tabarra —o este puro, como decimos en Cuba—. Al fin y al cabo, mostrarse en tanga en Instagram siempre es más atractivo que hablar de Saturno y Neptuno.

Pero aquí está la clave: si seguimos distrayéndonos, repetiremos la historia. Si aprendemos a observar y a tejer distinto, rompemos el ciclo.

No estamos en un espectáculo. Estamos en un punto de giro histórico. Y el primer paso es simple: recuperar la atención, el hilo, la puntada.

No te distraigas

Deborah Breff

Deborah Breff

Deborah Breff

Licenciada en Lengua Inglesa. Sanadora, Astróloga y Exploradora de Consciencia.

Leave a Reply