
Hoy no vengo en modo «Namasté». Es solo que, viendo el circo de los noticieros y las redes, quiero compartirte una de esas tareas que mi mente neurodivergente me asigna sin previo aviso. Esa mente inquieta que me mantiene en mi burbuja mental, siempre viajando, siempre activa.
¿Tienes cinco minutos? Acompáñame con tu café, tu infusión o lo que tengas a mano, que te contaré una de esas historias que se cuelan en mi rutina y que, aunque me roban el tiempo (sí, se me va el santo al cielo), agradezco porque me mantienen viva, curiosa y, con suerte, a raya del Alzheimer.
Desde pequeña, mi cabeza no me ha dado tregua. Viviendo en una ínsula plagada de carencias, mi mente viajera encontró en los libros sus alas: portales a mundos lejanos, civilizaciones olvidadas, cielos estrellados, pasados remotos y futuros posibles. Allí me refugiaba para vivir aventuras y reducirlo todo a su mínima expresión. Ese impulso de buscar patrones y entender los engranajes ocultos ha perdurado.
Ahora, en este 2025—un año 9 según la numerología—quiero compartirte algunas curiosidades de este número tan peculiar. El 9, junto al 3 y al 6, abre la puerta a lo que muchos llaman un orden sagrado. Pero no te preocupes: no me voy a perder en mística, gnosis ni fórmulas enrevesadas. Solo quiero traerte un poco de conocimiento general, un respiro ante la histeria de los noticieros y el apocalipsis cotidiano. Mi cerebro—mi brújula rara, mi calculadora interna—insiste en buscar patrones en todo lo que estudio por puro placer.
A lo largo de la historia, distintas civilizaciones han ideado formas de medir el tiempo: calendarios, observaciones celestes, ciclos. Y aunque cada sistema refleja su propia cosmovisión, hay un detalle curioso que se repite: cuando reduces la duración de muchos de estos ciclos a su raíz digital, aparece una y otra vez el enigmático número 9.
Los Ciclos en Números
- Astrología Occidental (Eras Zodiacales):
- Una Era Zodiacal: 2,160 años → Raíz digital: 9.
- Precesión de los equinoccios: 25,920 años → Raíz digital: 9.
- Astrología Védica (Yugas de la India):
- Kali Yuga: 432,000 años → 9.
- Dvapara Yuga: 864,000 años → 9.
- Treta Yuga: 1,296,000 años → 9.
- Satya Yuga: 1,728,000 años → 9.
- Mahayuga (los cuatro Yugas): 4,320,000 años → 9.
- Ciclo Sexagenario Chino (Ciclos Mayores):
- Aunque el ciclo básico es de 60 años (6), los ciclos mayores como 180 años (1+8+0=9), 360 años (3+6+0=9) y 720 años (7+2+0=9) revelan la misma raíz digital. La tradición muestra que los grandes periodos de tiempo también resuenan con el 9.
- Tradición Babilónica (Ciclos Mayores):
- Los babilonios, conocidos por su avanzada astronomía, dividieron el cielo en 12 porciones de 30°, formando un círculo de 360 grados → Raíz digital: 9.
- Además, observaron que la precesión de los equinoccios avanzaba aproximadamente un grado cada 72 años (7+2=9), y aunque su famoso sistema sexagesimal usaba el número 60 como base matemática, sus concepciones de tiempo mayor estaban ligadas a ciclos de 360 años y a la observación de ciclos astrales mucho más extensos.
- Pueblos Mesoamericanos (Mayas y Otros):
- Sabemos que los mayas manejaban varios calendarios y ciclos superpuestos, pero uno de los más significativos es el Katún, que equivale a 7,200 días (7+2+0+0=9), es decir, cerca de 19.7 años solares. El Katún marcaba el cierre de periodos importantes y era un momento cargado de ritualidad, decisiones políticas y profecías. Para los mayas, este ciclo vibraba en 9, reafirmando su visión cíclica de la existencia y el tiempo.
- Gran Año Platónico (Grecia):
- Duración: 25,920 años → Raíz digital: 9.
El Número 9: El Patrón Oculto
El número 9 parece custodiar un orden antiguo, repetido de forma insospechada en civilizaciones que jamás se comunicaron entre sí. Desde los Vedas hasta los astrólogos helenísticos, este número se filtra como un hilo invisible en los sistemas para medir el tiempo.
En numerología, el 9 simboliza:
- Completitud, finalización, renacimiento.
- La totalidad: encierra en sí todos los números anteriores.
- Sabiduría, ciclos eternos, trascendencia.
Coincidencia o Patrón Universal
Que los mayores ciclos de la humanidad desemboquen en el 9 podría ser una coincidencia o tal vez no. Quizá, sin saberlo, los pueblos ancestrales percibieron algo que estamos apenas redescubriendo: que el tiempo no solo es cíclico, sino que encierra un código numérico con una armonía secreta.
Y en este mundo saturado de noticias grises y catástrofes en cadena, detenerse a contemplar el misterio de un simple número puede ser un acto de rebelión mental. Un guiño al universo que, de una forma u otra, siempre vuelve al 9.
(Disclaimer: Todo esto puede ser una casualidad. Pero una casualidad muy bonita.)
El Tiempo del Cierre
Este 2025, que vibra en 9, nos coloca en el umbral de un cierre. Los ciclos no se completan solos: se caminan, se atraviesan. Y al llegar al final, si uno es honesto, no se trata de huir ni de disfrazar la realidad. Se trata de detenerse, de hacer silencio y de mirar de frente todo lo que el viaje nos ha traído.
El número 9 no es un final vacío. Es la suma de cada paso, cada caída y cada renacer. Nos recuerda que la vida no es una línea recta: es un latido, una tensión constante entre expansión y recogimiento. La sabiduría no viene de fuera, sino de todo lo vivido, lo perdido y lo aprendido al seguir andando.
Este no es un tiempo para correr. Es un tiempo para detenerse, encender la lámpara interior y recordar que todo final contiene la semilla de un nuevo comienzo. Solo en la pausa podemos cerrar el ciclo con la dignidad y el cuidado que merece.
La salvación es individual. No te distraigas. Te abrazo, te beso.
Deborah Breff